Saudações, divina amiga
(chamei-te assim a alguns anos
não que o mereças
- embora talvez sim -
mas porque há em ti
- às vezes -
algo dos materias gregos
com que se esculpiam as deusas:
a beleza rude das pedras
a justiça semi-cega de Minerva
a lealdade estranha
com que brindas teus amigos
e que eu, no meu canto, observo
e portanto sei o que digo.)
Como em outro textos
dar-te-ei um poema
desta vez verdadeiro.
Um poema em outra língua
de uma doçura ímpar
que eu, depois de lê-lo
não me considero mais poeta
embora o seja.
Talvez já o conheças.
Se não, vais lê-lo. Senti-lo.
E talvez fiques, como eu, muda
ante a grandeza
a eterna beleza
a perfeição
do poema de Pablo Neruda:
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo:"la noche está estrellada
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
El viento de la noche gira en cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En la noches como ésta la tuve entre mis brazos.
!la besé tantas veces bajo el cielo infinito!
Ella me quiso, a veces yo también la queria.
!como no haber amado sus grandes ojos fijos!
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como el pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudera guardala.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercala mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es certo, pero cuánto la quise!
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no a quiero, es certo, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta, la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el ultimo dolor que ella me causa
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
(Raquel Costa - 12.11.04)
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